Ella es Micaela Méndez, es chef, tiene 24 años y es estudiante de diagnóstico por imagen. Hace siete años hace tacos, pero desde hace un mes y medio los tacos que prepara ya no son para una reunión familiar o un encuentro con amigos. Ahora ella, lleva adelante un emprendimiento llamado “Raven’s Taquitos”
Desde pequeña está muy vinculada con la cultura mexicana. Pero “aprendí mucho de muchas culturas en mi casa, de repente llegaba y estaba mi mamá escuchando ópera y decís ‘¿quién hace eso?’ y con mi hermano que mirábamos películas japonesas”. Y a todo esto se suman la música de Luis Miguel y la música de mariachis.
Micaela hace mucho de muchas culturas porque le gusta experimentar. Es en la cocina donde su arte florece, aunque el principio lo más cercano a un taco fue “un panqueque bizarro, un canelón mal hecho en todo caso” -dice sosteniendo la risa.
Más tarde, ingresó a estudiar en el IGI (Instituto Gastronómico internacional) y en las clases de cocina internacional ahí adquirió la técnica. Se instruyó también con videos de las abuelas mexicanas, “de esas que te dicen cómo hacer las receta” y de ahí fue buscando una receta que la identifique. Una receta en la que se pueda distinguir su propio sello y decir “esta comida la hizo Micaela”.
Nunca cocinó comida vegana, pero a raíz de que en muchos trabajos no la tomaban por no tener experiencia, ella se inventó una. Se comunicó con el personal del Patio Cultural y presentó una propuesta. Probó varias recetas hasta que llegó a una a la que dijo “listo. Esta me gusta como quedó” y se lanzó.
En ese momento, regresó al año 98 y recordó que cuando su hermano se iba a casar su mamá compro la torta en un local de Candela, una joven que empezó su emprendimiento en el garaje de su casa. “Hoy Candela es una franquicia en Bueno Aires. Hoy es uno de los lugares más tops para ir a merendar y decís ‘comenzó en el garaje de su casa’, y te preguntas ¿y por qué yo no?
A pesar de que una de las tortillas se le quemó y en su primera venta se haya quedado sin relleno para casi la mitad de las que preparó, Micaela salió a la cancha con una propuesta diferente, vegana, que gusta y que tiene para rato. Además, las complicaciones que se le presentaron, van desde luchar con su dramatismo hasta tener “al chabón que te vende hamburguesas al lado”.
Desde el verano Micaela y su novio tenían la intención de un emprendimiento como éste. Un emprendimiento muy mexicano, pero también muy de ellos, porque “la gente no se da cuenta que no está comiendo carne”. Porque sus tacos son agridulces, porque su receta tiene algún tipo de alcohol, ya sea vino, licor, ron, vodka, azúcar, salsa de soja y naranja, y porque, sobre todo, les gusta lo que hacen, y eso marca la diferencia.
No se trata de cualquier emprendimiento. Es uno muy particular, con una comida típica de un país tan cálido, tan musical, tan colorido. No es nada raro. Es un taco, pero un taco vegano. Un taco con la magia de las brujas, de los cuervos y con acento mexicano. En definitiva, es eso, la comida mexicana te permite estar “en un lugar, sentirte en familia, acogido, con una comida rica, una comida que es muy de abuela, de mamá y sentirte cuidado”.
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