Fuego, aromas, artesanías, plantas, flores y hasta cuchas para perros. El segundo encuentro gastronómico que se llevó a cabo en el Parque Mitre el fin de semana 29 y 30 de junio fue multitudinario. Desde un extremo quesos saborizados y salamines, y por el otro el tan llamativo asado a la estaca. El humo, las brasas, tortas fritas, pastelitos y el famoso chipa mbocá.
Cada uno de los estands desplegaba su magia y en cada uno de los productos el arte de muchos hombre y mujeres. Sin embargo, Quienes buscaban productos sin tacc, solo contaban con una única opción. El estand de Oriana Quiñonez, una joven de 26 años, que se lanzó a este emprendimiento por padecimiento propio de la celiaquía.
“Se me ocurrió hacer, por ejemplo, galletitas libres de gluten. Porque cuando salía no encontraba comida. Todos tus amigos comen choco torta y vos no podes comer”. Esta es la realidad de muchos celiacos, que a cualquier lugar dónde vayan están atados a sus táperes porque no en todos los lugares ofrecen estos tipos de alimentos.
A Oriana la diagnosticaron con celiaquía desde hace ocho años. “Los síntomas se van inmediatamente después de que empezas la dieta libre de gluten, y a partir de ahí ya no querés volver a comer otras cosas”. Hoy Oriana, dirige su emprendimiento a raíz no solo del padecimiento de la enfermedad, sino también por vivir en carne viva la odisea de conseguir productos libres de gluten.
En relación a la de manda de estos productos, Oriana manifestó que hay muchas personas que no padecen de celiaquía y que los compran para simple degustación. La leyenda “libre de gluten” no solo se limita a las personas celíacas, pero otros productos limitan a los celíacos, y no por la abundancia de productos con harina de trigo, sino por la ausencia de productos libre de gluten.
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